Nadie me puede prohibirte
No paro de imaginarme contigo. A pesar de que puede que no seas tú. O puede que sí. Quién sabe. Pero de momento no. De momento sigo imaginándote. Y es lo más bonito que puedo hacer. Soñar despierta o dormida. Pero no quiero dejar de soñar-te. Porque eres lo único que me da las ganas. Que me arranca una sonrisa. O mejor aún, una carcajada. Así, sin más. Porque aunque tú no lo sepas yo sigo pensándote cada día desde la última mañana de invierno que nos vimos. Y eso que desde ese día yo ya había perdido mi oportunidad contigo. Incluso desde antes de nuestro último reencuentro. Hubo otra que fue más rápida que yo. Pero me da igual. Nadie me puede prohibir soñarte. Nadie puede prohibirme imaginarte conmigo. Aquí y ahora.